Exaltado al nivel iniciático Solar
Los Francmasones de los tiempos remotos, Jefes de Estado, Reyes,
Hierofantes y Practicantes de las ciencias ocultas de Egipto y de
Caldea, hacían representar en los teatros de los misterios los hechos
heroicos o el cuadro palpitante de las pasiones para mover al corazón
del pueblo, para que estos héroes fueran imitados, y a mostrar las
consecuencias del extravió de los malvados, en el mismo Seno del
Santuario empleaban también el drama para grabar los descubrimientos
de la ciencia misteriosa en la memoria de los adeptos, y celebraban
como sus predecesores la desaparición o muerte simbólica del Dios,
cuya tumba se simbolizó en las grandes Pirámides como la de Keops en
Egipto: el Gran Osiris de los antiguos egipcios, el Dios Shamash de
los antiguos Sumerios y Caldeos, el Dios Mitra de los Persas, el Hiram
Abiff de nosotros los modernos masones, el Cristo Solar de los
Gnósticos, y todas las grandes divinidades, héroes, legisladores o
míticos reyes que la tradición inmortaliza y que jamás existieron
físicamente, son brillantes alegorías del astro del día, del Sol, y
sus trabajos, muerte y resurrección configurados por las estaciones
del año, los fenómenos del firmamento y las constelaciones zodiacales.
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En Sublime Grado de Maestro Masón, es el momento en que se te exalta
al nivel Iniciático Solar, al Sol de Iniciación, es un drama, en que
de victimas pasáis a victimarios, y de victimarios a redimidos.
Entonces ahora recordáis que los tres asesinos de Hiram Abiff y los
nueve Compañeros que buscaban su cadáver eran los doce meses del año.
Al igual que los doce apóstoles de Cristo, los tres que le fallaron,
Judas Iscariote le entregó, San Pedro le negó y Santo Tomás que dudo
de él diciendo: ver para creer. El resto de sus apóstoles le buscaron
pero no le encontraron ya entre los muertos.
Los tres malvados y los nueve fieles a Hiram Abiff representan
alegóricamente las doce constelaciones del Zodiaco y su revolución
celeste con el Sol.
Libra, Escorpión y Sagitario, que presiden los meses de otoño, son
Jubelós , Jubelas y Jubelón o Abba –Baal-Ha (Asesino del Padre):
Capricornio, Acuario, Piscis, son los meses de Invierno, son ociosos y
no pueden actuar, mientras que, Johaben, o (el hijo de Dios),
Aries es Horus el Salvador de Egipto, volviendo al tercer mes, para
brillar en todo su esplendor en Primavera. Tauro es el que busca a los
asesinos en el desierto.
Si examinamos el firmamento en la época que sucedió el drama masónico
de Hiram Abiff, que fue durante la canícula, veremos aparecer por
Oriente el gran rio o la fuente de agua, y en su centro la Estrella
Sirio o el Can Mayor (El perro color crema), mientras que al Occidente
aparece la Osa Mayor, el León, que marchan en concierto con el Sol de
Escorpio, y como quedan sobre el horizonte después de que éste ha
desaparecido, parecen tomar posesión como guardianes de la Caverna de
Zikar. Más cuando Aries se presenta por el punto en que se cortan los
equinoccios y la eclíptica, Sagitario o ABBA – Baal – Ha es el único
que existe en la Caverna de Sikar ( no confundirla con la caverna
Benacar, caverna inmediata al mar en Jaffa , llamada la caverna de
BenAcar-“hijo de la esterilidad”) la Caverna de Sicar o Sikar está en
Samaria y significa recuerdo. En la caverna mencionada solamente
encontraron uno de los asesinos. Un desconocido se ofrece para guiar
a la comisión de buscadores de asesinos de Hiram, este desconocido es
nada menos que la estrella que fulgura al Oriente del Horizonte en el
instante en que Sagitario se pierde bajo el horizonte.
Esa Estrella es Aldebarán, una de las predilectas de los misterios
astrológicos, una de las más luminosas, y la mayor de la constelación
de Tauro; la acompaña Elnath, la M45, Híades que forman un grupo
alrededor, y las Pléyades más arriba, que forman otro grupo anexo.
Aldebarán dirige a los nueve elegidos o constelaciones simbólicas que
van tras los asesinos de Hiram, los elegidos masones marchan por
caminos tortuosos, ásperos y poco frecuentados. Ese camino es el
Zodiaco representado en cada Logia Masónica Regular. Toda la
venganza masónica sobre los asesinos de Hiram es alegórica, esotérica
y poética. Es la venganza de Horus contra los enemigos de su padre
Osiris, la de los apóstoles de Cristo contra el mago Simeón, ese
gnóstico que fue abatido por los primeros cristianos (Se encuentran
referencias a Simón el Mago en los Hechos de los Apóstoles (Hechos
8:9-24), es la venganza de la Virgen Madre María aplastando la cabeza
de la Serpiente primordial. Este es el misterio astrológico y
astronómico del los nueve vengadores simbólicos de Solar Hiram
Abiff - https://groups.google.com/forum/#!searchin/secreto-masonico/estrella$20Dios$20%7Csort:relevance/secreto-masonico/vECA64ZCbZ4/lUcRs_Nf2vsJ
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