martes, 2 de junio de 2015

SECRETOS OPEERATIVOS - Grupos de Google

SECRETOS OPEERATIVOS - Grupos de Google

INGENERATUS 
4/12/10
SECRETOS OPERATIVOS

Jean Tourniac, el que filmó una tenida de escocismo rectificado ( que
no he visto), había descubierto un rito invocatorio, encantatorio,
"mántrico" de la masonería operativa que consistía en, por lo menos 3
hermanos haciendo la cadena de unión e invocando a 5lsh1d17 ( jamás
leí sobre esto, pero sí escuché y de muy buena fuente) Estos rumores
venían de una europa de seguidores de Guénon ¿Alguno ha participado de
este rumor o sabe algo más?
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Ramon Miguel Acosta Ramos 
5/12/10
Re: [A.•.L.•.G.•.D.•.G.•.A.•.D.•.U.•.] SECRETOS OPEERATIVOS
que es 5lsh1d17 ? no entiendo, si podrías darme un poco de luz
Ramón.·.
- mostrar texto citado -
INGENERATUS 
5/12/10
Como no, Ramón. Mantuve la costumbre de ciertos catecismos en los que
las vocales se sustituyen por números ( la disciplina del secreto).
Es: ELSHADAY...

On 5 dic, 12:17, Ramon Miguel Acosta Ramos <acostaram...@gmail.com>
wrote:
> que es 5lsh1d17 ? no entiendo, si podrías darme un poco de luz
> Ramón.·.
- mostrar texto citado -
INGENERATUS 
5/12/10
Agradezco ´la cortesía de tu interés, Ramón, siempre es bueno
compartir el logos...

On 5 dic, 12:17, Ramon Miguel Acosta Ramos <acostaram...@gmail.com>
wrote: 
> que es 5lsh1d17 ? no entiendo, si podrías darme un poco de luz
> Ramón.·.
- mostrar texto citado -
INGENERATUS 
5/12/10
"...tras relatar la tentativa de "restauración" descrita más arriba,
Denys Roman continúa mencionando los siguientes hechos. "Cuando se
terminó la redacción de estos rituales, nos movió la curiosidad de
contar los golpes de mallete dados por los tres primeros Oficiales
durante el desarrollo del 'trabajo'. Grande fue nuestra sorpresa al
comprobar 115 golpes en el primer grado, 115 en el segundo, y 115 en
el tercero. Así pues, el número total de estos golpes era de 345, que
es el valor numérico del 'nombre divino' utilizado como 'palabra
sagrada' por la antigua Masonería operativa: El Shaddai". Esto, "a
primera vista nos pareció el resultado de una curiosa 'coincidencia'
". Sin embargo, es sabido que este género de armonías numéricas no
están ausentes en los textos tradicionales, y el Apocalipsis nos
ofrece un buen ejemplo. Tal hubo de ser también el caso en los
antiguos rituales masónicos. Pero, a partir del momento en que los
'modernizadores' acometieron su obra nefasta, todos estos ritmos
internos se alteraron, para finalmente desaparecer (...). Así, de
degradación en degradación, se llegó a ciertos rituales edulcorados,
de los cuales había desaparecido todo simbolismo". No obstante, "el
enderezamiento debía proceder de Francia, donde el mal fue mayor. En
el primer cuarto de nuestro siglo, un pequeño grupo de Masones,
reunidos en torno a René Guénon en la Logia 'Thebah', adoptó un ritual
muy superior ya a los que estaban en uso entonces. Pero las
circunstancias todavía no eran demasiado favorables". Hubo otras
tentativas, abocadas al fracaso. Ahora bien, "algunos de los que
participaron (...) en esta labor, con frecuencia ingrata (...), nos
han mencionado haber tenido la impresión de entrar en una 'comunión
con los Masones de tiempos pretéritos'. En verdad, desde el momento en
que ellos desarrollaban una obra tradicional, ninguno de sus esfuerzos
podía ser inútil. Era una piedra aportada a un majestuoso edificio,
para el cumplimiento del cual se contaba con una cierta 'asistencia
del Espíritu' ".

De todos modos, explica el autor, "es muy natural" que las armonías
destruidas por los "modernizadores" reaparecieran tras una
restauración dirigida con un espíritu tradicional. "Y si se llega a la
conclusión, como en el caso citado al comienzo (...), de que estas
armonías evidencian tal o cual de los veintiún 'Nombres divinos'
venerados en la antigua Masonería, nosotros queremos ver especialmente
en este hecho su significación simbólica".

En el ejemplo señalado por Denys Roman, el Nombre divino que destaca
es el de Shaddai: el Todo-Poderoso, el omnipotens, como lo traduce
Vuillaume en su "Tuileur". Por lo tanto, esta idea de potencia, que
aparece como la signatura de los tres rituales "restaurados", ¿no
confirma, tal vez con más contundencia que en el caso del mallete
antes estudiado, la característica fundamental de los tres grados
azules del Arte real?

Es evidente que Denys Roman no era uno de esos Masones "modernos" que
se mofan del simbolismo, y su profundidad, en este dominio ha sido
desafortunadamente muy poco imitada.

JOHN DEYME DE VILLEDIEU

mariocesar

Mensajes: 1567
Fecha de inscripción: 04/06/2010
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INGENERATUS 
5/12/10
DENYS ROMAN, GUENONIANO Y MASON JOHN DEYME DE VILLEDIEU
  mariocesar Hoy a las 12:18 am


DENYS ROMAN, GUENONIANO Y MASON
JOHN DEYME DE VILLEDIEU
A lo largo de su obra, Denys Roman no cesa de referirse a René Guénon,
ya sea que esas referencias estén explícitamente formuladas o ya
implícitas en el tejido mismo del texto. Este sello doctrinal, que no
deja de aparecer, con más o menos evidencia, en los escritos de
aquellos que están penetrados de la suma guenoniana, ¿no es, en
verdad, el mejor y más auténtico homenaje que pueda hacerse al
Maestro?
La etiqueta guenoniana, que a veces hay que poner con entrecomillados,
ha sido a menudo objeto de polémicas. En todo caso, nos parece
evidente que D. Roman era bastante más fielmente guenoniano que muchas
de las personas que hoy en día llevan esa etiqueta, se la hayan
puestos ellos o no.1 Pensamos que nadie mejor que él representaba y
prolongaba, particularmente en el dominio masónico, lo que René Guénon
quiso transmitir de una Tradición universal que le había sido
revelada. Sin duda alguna fue con ocasión de las circunstancias que
rodearon la fundación de la célebre Logia "La Gran Tríada", que los
dos hombres anudaron los lazos que tan fructíferos debían ser para sus
herederos espirituales.

*
* *
"La Gran Tríada", Logia "específicamente guenoniana", como escribe
Denys Roman,2 tenía "como objetivo recibir candidatos que tuvieran 'un
cierto conocimiento de la obra' de Guénon".3 Al parecer la Gran Logia
de Francia, todo hay que decirlo, concede a esa fundación una
importancia particularísima.4 Los fundadores eran "admiradores" de
Guénon, "recientes (...) pero reales y sinceros. Ninguno, sin embargo,
tenía derecho a la calificación de 'guenoniano' ". En efecto, 'no es
con algunos meses de lectura que se deviene guenoniano, es decir que
se da un asentimiento absoluto a lo esencial del mensaje transmitido
por Guénon".5 Pero a pesar de que este guenonismo pudiera estar un
tanto inmaduro al comienzo, "La Gran Tríada" estuvo a la altura de su
elogioso nombre. Hermanos cualificados no cesaron de frecuentarla, y
"por regla general, en cada tenida, el número de estos visitantes
superaba al de los miembros de la Logia".6
Algún tiempo antes de la fundación, que tuvo lugar hacia finales de
1947, una reunión congrega "a los siete futuros fundadores y a los
tres futuros primeros iniciados",7 uno de los cuales es D. Roman. Este
tenía entonces cuarenta y seis años y, a diferencia de otros
candidatos, poseía ya un conocimiento muy sólido de los "misterios"
masónicos y de la obra guenoniana. Lo que aconteció posteriormente no
pudo sino confirmarlo.

René Guénon, desde el Cairo donde residía desde hacía ya largo tiempo,
no perdía de vista al grupo de "La Gran Tríada". Como es sabido, su
activa correspondencia, le tenía perfectamente informado. Asimismo, no
nos sorprende cuando D. Roman nos dice de pasada, en uno de sus
artículos, que él debía ocuparse "de una tentativa de 'restauración'
de los rituales 'escoceses', hacia la que René Guénon mostró siempre
un vivo interés. No es necesario decir, prosigue, que se trataba de
una restauración en un sentido estrictamente tradicional,
encontrándonos con multitud de 'revisiones' que, desde hacía dos
siglos, habían ido realizando los 'modernizadores' ".8 También es
verdad que esta intervención directa de R. Guénon, conociendo la
posición eminente que él ocupaba en la Masonería, reviste una
significación muy especial con respecto a lo que iba a ocurrir.

Una carta del Maestro, remitida a un Masón el 4 de diciembre de 1948,
deja traslucir toda la esperanza que tenía en la adopción de estos
rituales, sobre el espíritu tradicional de los cuales él mismo había
vigilado. "El informe de la Comisión de los rituales, escribe, tuvo un
éxito aún mayor del que esperábamos; existía, en efecto, un temor a
que las consideraciones que habían sido expuestas fueran un tanto
complicadas para algunos que no estaban habituados, pero
afortunadamente nada hubo de eso". Espera que los proyectos de los
rituales estarán muy pronto "preparados para someterse al estudio de
las LL?".9 Sin embargo, el trabajo conjugado de R. Guénon y D. Roman,
que sabemos fue minucioso, no recibe finalmente con la contada
aprobación. "La decepción posterior a este revés fue grande, recuerda
alguien que conocía bien a D. Roman, y el desaliento que entonces se
abate sobre los Masones 'guenonianos' de 'La Gran Tríada' no fue
superado por todos con la misma fortuna".10 En nota, añade que "las
modificaciones hechas a este ritual por la comisión fueron calificadas
por R. Guénon de 'maliciosas' ". Y he aquí la breve observación que
formula D. Roman cuarenta años después de los acontecimientos. "El
Venerable de 'La Gran Tríada' se equivocó al creer que su autoridad
podría imponer el ritual en preparación a toda la Obediencia. No hubo
nada de eso, y pensamos que este fracaso trajo las más lamentables
consecuencias".11

Algunos podrían considerar estas peripecias como un simple episodio en
la historia de la Masonería, y más concretamente de la Masonería
francesa. Sin embargo, en lo que respecta a nosotros, vemos un signo
cuya importancia concierne al mundo entero, una señal transparente
que, al término de una guerra verdaderamente planetaria, especialmente
vil por otro lado, nos informa acerca del estado de una humanidad
caída, lamentable y manipulada por fuerzas adversas y perniciosas.12
Lo que allí pasó, en el medio masónico, fue el rechazo de la suma
guenoniana, es decir, el rechazo a una contribución iniciática
providencial de una excepcional importancia y de una particular
oportunidad, rechazo que provenía precisamente de "iniciados", por
todo lo cual nos preguntamos qué es lo que representaba exactamente
para ellos la iniciación.13

No obstante, si se considera que en el medio masónico, el elemento
humano se reclutaba entonces, como en la actualidad, de las diversas
capas de la sociedad, es evidente que, con sus defecciones, este
elemento demostraba la castración espiritual que habían impuesto a
tantos "fuertes de espíritu" los promotores de esta sociedad.
Recordaremos, por otro lado, que las circunstancias de nuestra época
han sido favorables al materialismo creciente y a la degradación
general de las cosas. De esta manera, ciertamente, el ciclo cumple su
descenso ineluctable, en total acuerdo con la degradación humana.

*
* *
Es en marzo de 1950 cuando aparece en los Etudes Traditionnelles el
primer artículo de D. Roman. Era una reseña que René Guénon le había
pedido sobre La Symbolique maçonnique, obra publicada por Jules
Boucher en 1948.14
Aparte de las diversas críticas referidas en particular a algunas
"innovaciones" injustificadas, "asunto siempre peligroso en materia
tradicional", Denys Roman no cesa de reiterar "el interés de tal
obra". Pero lo que aquí nos interesa, sobre todo, es su decisión "de
examinar", con ocasión de esta reseña, "algunos puntos que tocan
particularmente al simbolismo masónico".15 Así, cuando Jules Boucher
señala que la madera de boj del mallete masónico es un símbolo de
firmeza y perseverancia, Denys Roman aprovecha para ofrecernos tres
páginas que son un bello ejemplo de "ciencia" simbólica.16

"El boj, nos dice, por su perenne verdor, era entre los Antiguos un
símbolo de inmortalidad, y estaba consagrado a Hades".17 Hoy en día,
en los países del Norte, se utiliza en "la celebración de 'Pascuas
floridas', sustituyendo a las 'palmas' " meridionales.18 Y Denys Roman
se encuentra así con el simbolismo del color verde, cuyo nombre "está
compuesto de las mismas consonantes que las palabras 'virtud',
'vertical', 'verdad'. Verde, en latín, se denomina viridis, que tiene
por raíz vir, de donde procede virtualidad (es decir, potencia),
virulencia, virilidad. Existe, entre el color verde y la idea de
fuerza, una relación misteriosa". Asimismo, el verde "es símbolo de
esperanza, la virtud teologal que corresponde a la 'Fuerza' de la
Masonería. La orden caballeresca de la Anunciada tenía por divisa la
palabra 'Fert', de la que se han dado las opiniones más curiosas, pero
que en verdad significa 'Fuerte', idéntica a la palabra 'Verde', cuya
primera consonante ha sido 'endurecida' ".19

Denys Roman se refiere seguidamente al simbolismo de la esmeralda. "Es
de la esmeralda caída de la frente de Lucifer que fue tallado el Santo
Grial, que estaba recubierto de un velo verde". Por lo demás, "el
folklore de todos los pueblos (...) atestigua que la esmeralda, que
por cierto es una piedra extremadamente dura, devuelve la memoria
perdida, fortifica la vista, facilita los partos. Las antiguas obras
de medicina atribuidas a Orfeo le reconocen también las 'virtudes
viriles', recordadas por Rabelais".

En fin, la idea de virilidad se encuentra en el sánscrito vîrya, que
ha dado su nombre al vîra-mârga o 'vía de los héroes' (...). Esta vía,
'más activa que contemplativa', situándose más bien del lado de la
potencia que del conocimiento,20 presenta singulares afinidades con la
Masonería, viéndose inmediatamente la similitud existente entre las
expresiones 'vía de los héroes' y 'arte real' ". Vîrya, es lo que
Julius Evola, en La Tradición Hermética, denomina "la potencia viril
espiritual capaz de conducir los elementos del ser humano a un estado
que no pertenece ya al 'flujo' ". El término 'flujo', en el sentido
hermético, prosigue Denys Roman, designa "a aquello de lo que la
Masonería tiene como objeto hacer escapar a sus miembros". Es esta una
de las "penalidades" a las que, durante el siglo XVIII, estaba
sometido el Aprendiz con ocasión de su juramento: "ser abandonado en
las arenas de los mares, a un cable de la orilla, en un lugar que el
flujo y el reflujo visitan dos veces por día", que es lo que simboliza
"evidentemente", nos dice el autor, "la alternancia de los estados de
'generación' y de 'corrupción' ".

Se puede dar otro ejemplo del interés prestado por D. Roman a todo
aquello que podía traslucirse del simbolismo en los rituales
masónicos, y este ejemplo proporciona otra sugerencia más relacionada
con el papel jugado por la "potencia" en el "arte real".

En efecto, tras relatar la tentativa de "restauración" descrita más
- mostrar texto citado -
*
* *
Es cierto que no cosechará muchas simpatías quien desea expresarse con
toda libertad y decir las verdades sin prejuicios de ninguna clase.
Asimismo, todo Masón escrupuloso alguna vez se habrá preguntado: ¿qué
se puede decir?, ¿qué hay que callar?
En el Epílogo de su libro sobre René Guénon et les Destins de la Franc-
Maçonnerie, Denys Roman ofrece su respuesta. "Creemos, escribe, que en
la época en que estamos, y frente a los cambios que se anuncian, una
cierta 'imprudencia' tal vez pueda ser de alguna utilidad".

El libro aparece en 1982, aunque compuesto de escritos ya publicados,
en su inmensa mayoría, desde 1967 y años posteriores en la revista
Etudes Traditionnelles, actividad que Denys Roman continúa ejerciendo
hasta el final de su vida. Es decir, que si se ha criticado su
"imprudencia", la reprobación, silenciosa o no, no viene de ayer.
Dicha "imprudencia", ¿habría traicionado el famoso "secreto" del que
los Masones se muestran tan celosos? Sea como fuere, Denys Roman
abordaba ya este asunto en 1966. "No es violar el secreto masónico
citar fragmentos de rituales (...). No reproducimos nada que no haya
sido impreso 'claramente', o que no esté ya depositado en las
Bibliotecas". Sin lugar a dudas, como en ocasiones lo han señalado
autores masónicos ingleses, pueden existir algunos inconvenientes
surgidos de las reuniones en las tabernas y lugares públicos en razón
de su falta de aislamiento. "Tales 'fugas', prosigue Denys Roman, hay
que saber evitarlas. Pero, a fin de cuentas, ¿son éstas tan
perjudiciales y peligrosas? No lo creemos así. Por el contrario, lo
que es peligroso, mortalmente peligroso para la Masonería, son las
'infiltraciones' que se ejercen en sentido inverso. Se sabe cuán
funestas son, para un edificio, las 'fisuras' por donde se desliza la
'lluvia', por lo que es necesaria una atenta vigilancia para
descubrirlas y repararlas sin pérdida de tiempo".21

Veinte años más tarde, Denys Roman volvía sobre esta cuestión capital
de las "infiltraciones", señalando el asedio sufrido por la Masonería
por parte de los psicoanalistas.22 Además, todas estas
"infiltraciones" pertenecen, por lo general, a la categoría de lo que
René Guénon denunciaba, junto a la tradición islámica, con el nombre
de "las hordas devastadoras de Gog y Magog".23 Y todas las tradiciones
se mostraban antaño unánimes en mantener a estas "hordas" en el
exterior de cualquier "gran muralla" protectora.

¿Pero qué le importan actualmente, y desde hace ya bastante tiempo, a
la gran mayoría de los Masones las famosas hordas de Gog y Magog, para
ellos simples "leyendas"? O dicho con más exactitud, ¿cómo iban a
tomarse en serio los efectos disolventes del psicoanálisis, "inepta"
calumnia de una "ciencia" hacia la que tanta admiración comparten
junto a la gran mayoría de los "intelectuales"? No tienen ni la más
mínima idea de lo que estas influencias representan. Para ellos, la
"lluvia" se reduce, por lo general, a la imagen de un "profano"
escuchando a las puertas del Templo, y es precisamente para que no
roben sus secretos que se ponen "a cubierto". Jamás se les ocurriría
pensar que junto a todas las personas que admiten indistintamente en
sus Logias, también penetra una mentalidad profana que, por supuesto,
no se desvanece fácilmente gracias al milagro de la iniciación. La
purificación corporal y psíquica adquirida durante el transcurso de
los "viajes", debe seguirse con constancia, no sólo por los ritos
habituales, sino también por el saneamiento y posterior rectificación
de un pensamiento desviado. Pero, ¿quién se atreve a denunciar este
hecho en la mayoría de las Logias donde reina impunemente la idea
moderna de "libertad"? Y, sin embargo, ¿no saben los Masones que con
esta mentalidad profana también se infiltran toda clase de "metales"
que deberían dejarse a las puertas del Templo, en donde cualquiera que
esté atento percibirá las "radiaciones" sutiles con ocasión de
bastantes tenidas? Estas "radiaciones" son considerablemente más
peligrosas para la Masonería que el peligro de dejar escapar algún
secreto generalmente aislado y muy secundario, del cual ningún
profano, ni nadie, sacará provecho alguno.

Por otro lado, un secreto total no sería deseable, ni tampoco deseado.
En efecto, es probable, por ejemplo, que "si los alquimistas no
hubieran querido que nadie accediera a sus conocimientos, no habrían
escrito los casi cien mil libros que tratan de este Arte".24 Incluso,
existe una fuente masónica donde no desagrada que el secreto pueda ser
descubierto. Se lee, en efecto, en un ritual del grado 12 del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado, estas sorprendentes palabras: -"¿Sería
nocivo que un hombre preparado para comprendernos sorprenda nuestros
secretos? -Sería un gran bien, porque esto haría un Gran Maestro
Arquitecto más. Unicamente nos ocultamos para inducir, por la
atracción del misterio, el deseo de estar entre nosotros".25
Concluyamos, con una sonrisa de complicidad, que aquel de quien no se
teme aquí la indiscreción, es, de hecho, "un hombre preparado para
comprendernos". Pero entonces, ¿de quién, o de qué, hay que
protegerse?

En efecto, constantemente se nos está alertando, y he aquí que Khempo
Kalou Rimpoché, un maestro del Budismo tibetano, declara26 que el
hecho de "no guardar el secreto disipa la gracia espiritual
transmitida por las enseñanzas". Aunque la naturaleza y el grado de
esta gracia permanezcan misteriosos para nosotros, en tanto que no
sabemos, ciertamente, de qué enseñanzas se nos habla, es verdad que
una "disciplina del silencio", a cualquier nivel que se practique, no
puede ser sino favorable en todo proceso espiritual, preservándose de
una dispersión siempre perjudicial.

Es necesario decir que la gama de los secretos es medianamente
extensa, estando protegidos también de diversas maneras. Por lo demás,
todos los secretos "secundarios", cuyo carácter es más o menos
"exterior", son propensos siempre a una serie de equívocos, los cuales
no desaparecerán por el hecho de evocarse sin dar más explicaciones.
Sin embargo, el "verdadero secreto iniciático (...), es tal por la
naturaleza misma de las cosas, y (...) en consecuencia, jamás podría
ser traicionado, pues es de orden estrictamente interior (...)
residiendo propiamente en lo 'incomunicable'".27

Si se tiene en cuenta la inviolabilidad absoluta del único secreto que
verdaderamente importa, y si se comprende que al lado de éste todos
los demás, más o menos secundarios, pueden y deben interpretarse según
las circunstancias y los puntos de vista de los iniciados,28 se
comprende que Denys Roman temiera las "infiltraciones" con mayor
motivo todavía que las "fugas". Tales "fugas", en efecto, no son
propiamente hablando una pérdida para la Orden. Aun admitiendo que
quien capta indebidamente una "palabra" o un símbolo se beneficie
verdaderamente,29 la Franc-Masonería no perdería de ninguna manera ni
la propiedad ni las ventajas ligadas a ellos.30 Por el contrario, si
el veneno de los prejuicios y de las especulaciones profanas penetra
en la Franc-Masonería, serán todas sus tradiciones y rituales los que
se verán progresivamente contaminados, desnaturalizados y subvertidos.
31 Así, pues, está claro que la "pérdida", por otro lado discutible,
de una parte del tesoro, es incomparablemente menos cruel y definitiva
que la ruina del todo.

Ahora bien, a menos de subvertir totalmente los rituales, cuestión que
más o menos siempre perturba el "conservadurismo" de algunos Hermanos,
a menos también de destruir todos los comentarios pertinentes que
estos rituales han inspirado, permanecerán hasta el Fin (tanto más
seguramente cuanto este Fin esté más próximo), "trazas"
suficientemente numerosas para que los "elegidos" puedan caminar hacia
la Palabra momentáneamente perdida.

A este respecto, René Guénon y Denys Roman, no serán los que menos
hayan hecho para guiarnos con sus luces.

Traducción: Francisco Ariza


NOTAS
1        "En vida de Guénon, escribe D. Roman, pensamos que nadie se habría
atrevido a calificarse de 'guenoniano'. Porque el Maestro siempre ha
insistido sobre el hecho de que él no enseñaba una doctrina personal a
la cual podría darse el nombre de su 'inventor'. Sin embargo, después
de la desaparición de Guénon, el término de 'guenonianos' se ha vuelto
indispensable para designar a aquellos que se adhieren a la
integralidad de su doctrina, y sobre todo que consideran que esta
doctrina es de origen 'no humano' ". Etudes Traditionnelles 1973, p.
10, nota 4.
2        Ibid. 1971, p. 262.
3        Ibid. 1973, p. 11.
4        Ibid., p. 11, nota 5.
5        Ibid., p. 11-12.
6        Ibid., p. 18.
7        Ibid., p. 12, nota 7.
8        Ibid. 1960, p. 202, retomado en Vers la Tradition, nº 33, p. 5-6.
9        "L'Herne": Cahier sur René Guénon, 1985, p. 341.
10        Vers la Tradition, nº 33, p. 5.
11        Etudes Traditionnelles, 1985, p. 222.
12        No dudamos, por otro lado, que el Poder separador al cual está
destinado el poder de este mundo, sea, en una parte importante, el
responsable de esta división. ¿No está altamente especializado en la
confección de los trastornos psíquicos?
13        Y que este rechazo sea expresado por la "sacrosanta" vía de una
"mayoría" de base es tanto más significativo.
14        El artículo fue retomado en Vers la Tradition en 1994, nº 55 y 56,
con algunas variaciones de detalle.
15        Etudes Traditionnelles, 1950, p. 68-69.
16        Ibid., p. 72-75.
17        ¿No es por otra parte un hecho que la resurrección pasa por la
muerte?
18        Pascua, donde el hebreo pesah designa un pasaje, evoca la victoria
sobre la muerte por la muerte.
19        Al parecer, todas estas palabras, salvo excepción, no tendrían
entre ellas ninguna relación etimológica. Pero evidentemente es en su
parentesco fonético sobre el que se apoya el autor, y las "semejanzas
fonéticas", dice Guénon, "juegan con frecuencia un papel importante en
el simbolismo" (L' Homme et son devenir selon le Vêdânta, p. 47, nota
4). Por otro lado, la ciencia etimológica renuncia a veces encontrar
una raíz, y es justamente el caso para las palabras "vert" y "fort",
que Gransaignes d'Hauterive remonta a las palabras latinas viridis y
fortis. En cuanto a la palabra "Fert", su significación nos parece
confirmada por el antiguo francés ferté, que designaba la "firmeza", y
también una "fortaleza".
20        D. Roman cita aquí a R. Guénon: Le Cinquième Vêda.
21        Etudes Traditionnelles, 1966, p. 197, nota 22.
22        Ibid., 1985, p. 233.
23        Le Règne de la Quantité et les Signes des Temps, p. 170. Se
encuentra ya a Gog y Magog en Ezequiel, cap. 38-39, en un ambiente de
"fin del mundo". Se los vuelve a encontrar en Apocalipsis 20, 8.
24        Revista SYMBOLOS, nº 1, p. 59.
25        Citado por Jean-Pierre Bayard: Le symbolisme maçonnique des Hauts
Grades.
26        Les Cahiers du Boudhisme, nº 6, nov. 1980, p. 15.
27        R. Guénon: Aperçus sur l'initiation, p. 88.
28        En lo que concierne, por ejemplo, al secreto que sustenta "el
conjunto de los ritos y símbolos en uso", y también ciertos "medios de
reconocimiento", se podría decir que él tiene, en las organizaciones
iniciáticas, "una importancia tanto menos grande en la medida en que
éstas tienen un carácter más puro y más elevado, por el hecho de que
están más despojadas de todas las formas exteriores y de todo aquello
que no es verdaderamente esencial" (Ap. sur l'initiation, p. 92-93).
29        Si el indiscreto no está cualificado, el secreto estará perdido
para él, y si por poco que lo esté, sin duda alguna que lo utilizará
para su propio provecho espiritual.
30        La pérdida aquí vendría dada por la torpeza de el que deja escapar
el secreto, porque entonces se vería privado de la "gracia espiritual"
que acompaña la conservación de dicho secreto.
31        Por otra parte, sólo con leer ciertos rituales, o contemplar la
decoración de ciertas Logias, nos daremos cuenta de que el proceso ha
empezado hace tiempo. Por el contrario, las muchas publicaciones que
se han realizado sobre los rituales no podrían evidentemente
contaminar los símbolos y los ritos en el interior de las Logias.





On 5 dic, 21:03, INGENERATUS <ingenera...@gmail.com> wrote: 
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francmason 
5/12/10
Respetable Logia El Shaddai nº 15.
Oriente de Nicaragua.
¿Qué es la masonería?
La masonería es una orden iniciática que pretende la evolución ética,
moral y espiritual de sus miembros. En la búsqueda de esta evolución,
la masonería descansa en la investigación de la verdad, la práctica de
la solidaridad, el estudio de la moral y el perfeccionamiento
intelectual y social de la humanidad. El término iniciático se refiere
a la esencia del reconocimiento de un tipo de vida, reflexión personal
y experiencia. Los masones reconocen a un Ser Supremo, al que
denominan Gran Arquitecto del Universo, y sustentan los postulados de
Libertad, Igualdad y Fraternidad. No admiten más diferencias entre los
hombres que las que se derivan de sus méritos y no rechazan a nadie
por sus creencias u opiniones. Se reconocen entre sí como Hermanos. Se
deben ayuda y asistencia, teniendo la obligación de practicar la
solidaridad humana. Respetan la opinión ajena y defienden la libertad
de expresión. Aman a su patria, respetan la ley y la autoridad
legítima del país en que viven y en el que se reúnen libremente. La
masonería exalta la tolerancia, rechaza radicalmente el dogmatismo y
el fanatismo y aleja de sus templos las discusiones de política
partidista y religión.

04/02/2006 06:14 logiaelshaddai@gmail.com..

02/02/2006
¿Es la masonería una asociación contraria a la religión católica o a
alguna otra?
No. La masonería acepta entre sus miembros a personas de cualquier
religión, con la única salvedad de que sean tolerantes y acepten el
compromiso firme de respetar a los practicantes de otras religiones.
Está estrictamente prohibido debatir sobre religión en las reuniones
masónicas. Éste y la política partidista son los únicos temas
excluidos.




02/02/2006 19:13 logiaelshaddai@gmail.com.

¿Qué o quién es el Ser Supremo de los masones?
La respuesta a esta pregunta es compleja. Los masones denominan Gran
Arquitecto del Universo a este ser precisamente para evitar
definiciones precisas que, necesariamente, caerían en el dogmatismo.
El Gran Arquitecto del Universo puede identificarse con los conceptos
de Dios propios de las grandes religiones actuales, como el
Cristianismo, el Islam o el Judaísmo. Puede identificarse también con
los conceptos de divinidad propios del Hiduísmo, el Budismo, el
Sintoísmo y de las religiones orientales, en general. Puede ser la
idea de entidad suprema, de orden o de origen que muchas personas
asocian a la divinidad o el concepto intuitivo del infinito
espiritual. Puede hacer también referencia a la valoración personal de
los aspectos metafísicos de la existencia.

02/02/2006 19:10 logiaelshaddai@gmail.com.

¿Cuáles son los requisitos para entrar en la masonería?
Esencialmente, el reconocimiento del Ser Supremo y el ser una persona
libre y de buenas costumbres. A esto hay que añadir el deseo sincero
de participar de los ideales de mejora personal, filantropía y
tolerancia propios de la masonería. Si desea recibir las aplomaciones
pertinentes, puede manifestar su interés en la dirección de mail
oficial de nuestra Logia logiaelshaddai@gmail.com

02/02/2006 19:08 logiaelshaddai@gmail.com.

¿Es la masonería una secta o una religión?
No. Tampoco es un sustituto de la religión. La masonería trasciende a
la religión, en el sentido de que son aceptados como hermanos
individuos de cualquier creencia religiosa. La masonería carece de
dogmas o de preceptos. No obliga y ni siquiera indica a sus miembros
nada en relación con las creencias religiosas. Solamente exige como
requisito para el ingreso el reconocimiento del Ser Supremo,
cualquiera que sea el concepto que de dicho Ser tenga el candidato.

02/02/2006 19:07 logiaelshaddai@gmail.com.

¿Cómo nació la masonería moderna?
La masonería hunde sus raíces en los antiguos gremios de albañiles o
“masones”. Estos gremios existieron desde la antigüedad y, en
occidente, cobraron una gran importancia en la Edad Media, en relación
con la construcción de las grandes catedrales. La unión de un
conocimiento de tipo técnico, ligado a la construcción de los grandes
templos, a una fuerte componente espiritual, en conexión con el fin al
que iban dirigidas esas construcciones, hizo que el gremio de los
masones se dotara de unos fundamentos esotéricos e iniciáticos que no
estaban presentes en otros grupos profesionales o artesanos. A esta
masonería se le denomina “operativa”, en referencia al hecho de que
sus miembros trabajan físicamente en la construcción.

Alrededor del siglo XVII, finalizada la era de la construcción de las
catedrales, los masones fueron perdiendo fuerza como sociedad y
empezaron a admitir en su seno a miembros de la nueva burguesía pero
que no eran profesionales de la construcción. Se trataba de personas
deseosas de un ámbito en el que debatir en libertad y en el que
desarrollar una espiritualidad no supeditada al dogmatismo de las
religiones. Nació, de esta manera, la llamada “masonería
especulativa”. El templo que se trataba de construir dejó de ser
físico y pasó a ser espiritual. Un templo de la libertad, la razón y
el perfeccionamiento humano, a través de la fraternidad, la reflexión
y la filantropía. La masonería especulativa adoptó las herramientas
propias de la operativa como símbolos del trabajo de construcción de
ese templo espiritual.

En 1717 tuvo lugar un hecho que suele considerarse como el punto de
arranque de esta moderna masonería especulativa: la unión de las
cuatro logias masónicas de Londres.



http://es.oocities.com/shaddai15/
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francmason 
5/12/10
'El-Shaddai
A menudo aparece 'El como parte de palabras compuestas usadas como
títulos de Dios.


Un ejemplo de esto es 'El-Shaddai.


Este título sugiere la abundante bondad de Dios, las bendiciones
temporales y espirituales con las cuales enriquece a su pueblo.


Otros creen que Shaddai viene de una raíz que significa "ser
violento", "despojar", "devastar". Este término, aplicado a Dios,
significaría "mostrar poder". Esto se expresa en la traducción "Dios
Omnipotente" o "Dios Todopoderoso". Este nombre muestra a Dios como el
Poderoso o el que da generosamente.

Shaddai aparece por primera vez en Génesis 17: 1, 2, 4, 6.


La traducción literal de este pasaje sería: "Jehová se le apareció a
Abram, y dijo: Yo soy 'El-Shaddai; camina delante de mí y sé perfecto.
Y yo haré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera...
y serás padre de una multitud de naciones... y te haré fructificar en
gran manera".


Este nombre aparece nuevamente en Génesis 28: 3, donde Isaac dice que
'El-Shaddai bendeciría a Jacob, que lo haría fructificar y lo
multiplicaría.


En Génesis 35: 11; 43: 14 y 49: 25, se encuentran promesas similares
de parte de 'El- Shaddai. Tales pasajes sugieren la liberalidad de
Dios: 'El, Dios de poder y autoridad, y Shaddai, Dios de riquezas
inagotables, las cuales concede a los hombres.

http://eltextobiblicoat.blogspot.com/2007/04/5703-el-shaddai.html

On 5 dic, 17:02, INGENERATUS <ingenera...@gmail.com> wrote: 
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INGENERATUS 
5/12/10
En un breve artículo publicado en "The Co-Mason" en 1913, escrito por
un anónimo Maestro del VII grado, en el cual se describen y
representan fotográficamente los instrumentos de trabajo presentes en
la "cámara" del VII, la esvástica aparece efectivamente sobre el
pavimento ante el Altar: "La esvástica situada en el pavimento y
también figurada en la parte izquierda del pecho de cada Maestro
representa la marca o signo del propio G.A.D.U. Sobre el centro del
altar un hilo de plomo desciende sobre la Logia masónica desde la G,
la Estrella Polar, la morada o sede de Dios". Según esta versión, el
hilo de plomo no desciende sobre la esvástica, sino sobre el Altar;
según otra versión, referida por un miembro de la Worshipful Society,
Thomas Carr, la esvástica está "constituida" sobre el altar por la
yuxtaposición de cuatro escuadras: "Cuando los tres Maestros Masones
de una Logia operativa [de la Masonería azul de la Escuadra] se
reúnen, cada uno tiene una escuadra… una cuarta escuadra es colocada
sobre el Volumen de la ley Sagrada. Cuando es abierta una Logia de VII
grado, estas cuatro escuadras son colocadas de tal modo que forman una
esvástica. Primero es saludado El Shadday, el Altísimo, y después la
Estrella Polar. Cuando el Masón operativo es ensalzado al grado VII, o
Maestro Masón, le es explicado el simbolismo de la esvástica y le es
revelado que el Dios Omnipotente, el Sol nacido en el centro, en torno
al cual se ordena el mundo celestial, no es el orbe solar sino la
Estrella Polar. El nuevo tercer Maestro Masón debe descender a la
cámara central implícita en el pavimento de la Logia; se le dice que
alce sus ojos al cielo y que mire el hilo de plomo que desciende sobre
la cámara en la que se encuentra. Sobre el hilo de plomo ve la
Estrella del Cielo, la Estrella Polar, el "Yo soy" [Eheieh], la G en
el cielo raso, y se le invita a adorarla. Se le indica además que el
hilo de plomo desciende de la Estrella Polar, que la esvástica es su
símbolo y que representa a El Shaddai o al mismo Altísimo"19.

On 5 dic, 21:03, INGENERATUS <ingenera...@gmail.com> wrote: 
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INGENERATUS 
5/12/10


5.- En busca de la Palabra Perdida: un ejemplo de investigación
teórica pre-operativa.

Cuando se observa el lugar central que prácticamente todas las
tradiciones sagradas otorgan a la transmisión y a la pronunciación
ritual de ciertas palabras, como en el caso, por ejemplo, del dikr en
el esoterismo islámico o del mantra en el Hinduismo, comienza a
vislumbrarse la posibilidad de que cierta clase de símbolos verbales
existentes en la Masonería, denominados palabras sagradas, representen
un papel semejante a aquéllos. En efecto, en la Masonería, como
tradición sagrada que es, existen diversas clases de símbolos que por
su naturaleza pueden compararse, análogamente, con otros
pertenecientes a las demás formas tradicionales. Si tomamos como marco
de referencia, siguiendo a René Guénon, la terminología propia de la
tradición hindú[61], todo el simbolismo puede deslindarse en tres
clases principales: yantras, mantras y mudras. Los yantras son todos
aquellos símbolos de carácter visual o gráfico, los mantras son
símbolos verbales y los mudras símbolos gestuales[62].

Centrándonos particularmente en los símbolos de carácter verbal, tanto
el dikr islámico como el mantra hindú son técnicas iniciáticas de
concentración e invocación que se proponen despertar en el iniciado de
esas tradiciones su capacidad latente para penetrar el Misterio, es
decir, para acceder al verdadero Conocimiento integral. Ni que decir
tiene que lo invocado no son palabras cualesquiera sino que son
Nombres Divinos que representan otros tantos aspectos o niveles de
manifestación del Principio Supremo; dichos nombres, como símbolos
sagrados que son, sólo tienen validez real en el marco de una
transmisión iniciática regular, fuera de la cual su invocación no
tiene sentido alguno e incluso puede conducir, en el peor de los
casos, a las más groseras desviaciones. Otro punto importante a tener
en cuenta es la lengua sagrada en la que dichas palabras son escritas
y pronunciadas. En los casos citados estas lenguas son,
respectivamente, el árabe y el sánscrito. En el caso de la tradición
Judeocristiana, de cuya corriente ha bebido la Masonería
esencialmente, aunque no de forma exclusiva, su lengua sagrada es el
hebreo. La característica principal de esta clase de lenguas es que
han permanecido prácticamente invariables desde el momento en que sus
formas tradicionales correspondientes fueron establecidas y no se han
visto sometidas, salvo las adaptaciones necesarias que hayan podido
tener lugar por parte de la autoridad espiritual correspondiente, a
cambios fundamentales ni en su ortografía ni en su pronunciación. Se
podría decir, de hecho, que dichas lenguas son consustanciales con sus
correspondientes formas tradicionales, es decir, que éstas no podrían
entenderse sin aquéllas y viceversa.

A nuestro juicio, las palabras sagradas pertenecientes a cada grado
masónico[63] representan sintéticamente toda su enseñanza de un modo
germinal y, en ese sentido, el iniciado debería trabajar con ellas
especialmente para llegar a desplegar en sí mismo el conocimiento
específico al que le da virtualmente acceso su grado. En particular,
entendemos que debió existir, por lo menos hasta la época de la
Masonería operativa medieval, toda una técnica iniciática de
invocación ritual propiamente masónica la cual, hoy por hoy, ha
quedado relegada al olvido pero que, no obstante, siempre puede ser
restituida a fin de transformar en efectiva la que ahora no es más que
una iniciación virtual; y esta posibilidad que acabamos de señalar
abre un vasto campo de investigación que atañe esencialmente a todos
aquellos interesados y capacitados para emprender una revivificación
espiritual de Occidente, y en primer lugar, claro está, a los propios
masones.

Según nuestra opinión, una de las herramientas básicas para comenzar
un trabajo serio de restitución, en la medida de lo posible, de las
técnicas operativas propias de la antigua Masonería, radica en los
estudios que René Guénon le ha dedicado a lo largo de toda su obra y,
particularmente, en los dos volúmenes de sus Études sur la Franc-
Maçonnerie et le Compagnonnage[64]. En un largo artículo perteneciente
a esta última obra, titulado Parole perdue et mots substitués[65],
Guénon da cuenta de toda una serie de aclaraciones sobre un tema tan
importante para la tradición masónica como es el de la palabra
perdida. Transcribiremos y comentaremos una serie de citas
entresacadas del mencionado artículo que tienen muchísimo que ver con
el tema de nuestro estudio.

Guénon empieza recordándonos que:

«en casi todas las tradiciones se hace alusión a una cosa perdida o
desaparecida... [y que esta pérdida está en relación con] la oscuridad
espiritual sobrevenida, en virtud de leyes cíclicas, a lo largo de la
historia de la humanidad. Se trata, pues, de la pérdida del estado
primordial y, como consecuencia directa, de su tradición
correspondiente, ya que esta tradición es ‘una’ con el conocimiento
que está esencialmente implicado en la posesión de ese estado»

Ese proceso de oscurecimiento intelectual no ha ocurrido súbitamente,
sino que ha ido sucediendo de forma gradual, a partir de la pérdida
del estado primordial:

«De forma general, [sigue diciendo Guénon], toda tradición tiene
normalmente como medio de expresión una cierta lengua que recibe, por
eso mismo, el carácter de lengua sagrada. Si esa tradición desaparece,
es natural que la correspondiente lengua sagrada se pierda al mismo
tiempo... Así debió ocurrir en principio con la lengua primitiva en la
que se expresaba la tradición primordial y por eso se encuentran, en
las narraciones tradicionales, numerosas alusiones a este lenguaje
primigenio y a su pérdida»

Recordemos, a este respecto, el relato bíblico de la construcción de
la Torre de Babel y la posterior confusión de lenguas, en Génesis, XI,
1-9.

«En ciertos casos [continúa Guénon], en lugar de la pérdida de una
lengua, se habla únicamente de la de una palabra, como puede ser un
nombre divino, característico de una cierta tradición, el cual la
representa de alguna forma sintéticamente»

Ese es el caso concreto, por ejemplo, de la pérdida de la
pronunciación correcta del tetragramma hebraico יהוה (yod, he, vav,
he; recuérdese que la lengua hebrea se escribe y se lee de derecha a
izquierda).

La labor fundamental que corresponde al orden propiamente esotérico o
iniciático de una tradición es precisamente:

«la búsqueda de esta cosa perdida o, como decían en la Edad Media, su
"conquista"[66]. Y esto se comprende con facilidad puesto que la
iniciación en su primera parte -la que corresponde a los misterios
menores- tiene por finalidad esencial la restauración del estado
primordial»

Este proceso de recuperación del estado primordial debe realizarse
también en diversas etapas, que se corresponden con los distintos
grados de iniciación. Recordemos, así mismo, que el campo de
aplicación de la iniciación masónica es precisamente el de los
misterios menores. A nuestro entender, pues, las palabras sagradas de
los distintos grados masónicos son términos sustitutivos de la palabra
perdida que la Masonería pretende recuperar. Guénon lo afirma así
explícitamente respecto a la palabra sagrada perteneciente al tercer
grado, es decir, al de Maestro. Parece claro que el secreto masónico,
sobre el que tantas especulaciones sin fundamento se han hecho en
otros tiempos de aciago recuerdo, se identifica con la palabra perdida
que, a su vez, como hemos visto, simboliza al estado primordial propio
del hombre verdadero y culminación de los misterios menores. De manera
que su recuperación debe pasar necesariamente por un trabajo
iniciático previo con los términos que en cada grado la sustituyen. De
otro modo, éstos no tendrían más que un valor puramente decorativo y
superfluo, cosa que en una organización iniciática regular carece
completamente de sentido, puesto que cada elemento simbólico se ofrece
al iniciado para conducirle a su realización espiritual efectiva.

Hacia el final del artículo de Guénon que venimos comentando, se nos
proporciona un dato que creemos que termina de avalar nuestra tesis de
que debió existir una técnica invocatoria propia de las palabras
sagradas de cada grado masónico o, al menos, de la del grado de
Maestro. En una nota a pie de página nos dice textualmente que:

«en los antiguos ‘catecismos’ masónicos, la lengua está representada
como la ‘llave del corazón’. La relación entre el corazón y la lengua
representa el simbolismo del ‘Pensamiento’ y la ‘Palabra’; es decir
que, según su significado cabalístico, ambos términos son los aspectos
interior y exterior del Verbo»

En definitiva, pues, si recordamos que la intuición intelectual (el
nous de los antiguos griegos y del hermetismo), que es la única
facultad capaz de dar acceso a la Gnosis (esto es, al conocimiento
directo de la realidad, sin ningún tipo de intermediación), reside en
el corazón o centro esencial del ser, se deduce de la antigua
enseñanza masónica aludida por Guénon, que esta intuición puede ser
recobrada a través de la lengua, es decir, a través de una invocación
sonora correctamente realizada, que sitúe al iniciado en resonancia
efectiva con el Verbo divino. La forma concreta en que esto pueda
realizarse entra dentro de la labor de investigación y restitución que
nosotros proponemos, y nos parece claro que los antiguos masones
operativos debieron poseer una técnica ritual específica que puede ser
recuperada, al menos en principio. Puesto que la Masonería es una
forma iniciática fundamentada en el trabajo colectivo, nos parece que
dicha técnica invocatoria debía estar concebida para ser ritualizada
colectivamente, es decir, en la Logia, sin menoscabo de que pudieran
existir también diferentes modalidades de tipo individual que cada
masón pudiese utilizar particularmente.

Ahora bien, como ya señalamos antes, esta palabra perdida es un
símbolo de otra cosa, se refiere a algo que no es un simple término,
sino que más bien designa un estado del ser. Luego de lo que se trata
es de des-cubrir ese estado y de establecerse en él sólidamente, de
recuperarlo puesto que se ha perdido. Y si se ha perdido es porque
antes ya preexistía o, de hecho, por que el iniciado ya lo posee “en
potencia”, de forma latente, pero no “en acto”, y por eso aún no puede
disponer y gozar de él. Todas las tradiciones sagradas conocen dicho
estado y lo denominan de distintas maneras; en el Budismo, por
ejemplo, y también en el Hinduismo, se denomina Tierra Pura. Los
musulmanes, los hebreos y los cristianos lo llaman con el mismo
nombre: Paraíso, la auténtica morada del hombre verdadero. En él no
hay dolor ni muerte y los árboles regalan sus frutos los doce meses
del año, puesto que todo es perennidad y plenitud de vida y el hombre
puede gozar con fruición de la riqueza que la Madre Naturaleza le
ofrece gratuitamente y no sólo eso sino que, además, goza así mismo de
la amistad y la compañía directa y continua del Creador.


Evidentemente, todo ese conjunto de imágenes simbólicas se refiere a
ese estado que todo iniciado, y particularmente el masón, conoce al
menos virtualmente y que, sin duda, puede recobrar de forma efectiva
si es capaz de encontrar la disposición interior necesaria ayudado por
los medios simbólicos que tiene a su alcance. En el fuero interno de
cada hombre, sin excepción, existe una luz, una verdad, una semilla de
realidad que quiere crecer, desarrollarse y vivir en esa Tierra Pura,
porque sabe perfectamente que ése es su sitio. Y siendo eso así, sólo
se le pide que la reconozca y la deje crecer, como nos enseña la
Parábola del sembrador: “el Reino de los Cielos es como una semilla
que cayó en buena tierra y dio sus frutos”.

Volviendo al tema central de nuestro artículo, esa palabra perdida que
el Maestro masón debe recuperar tiene muchísimo que ver con la palabra
sagrada que es propia de dicho grado y que “sustituye” a la que se ha
perdido, como René Guénon señala específicamente por dos veces en
otras tantas partes de su obra. En primer lugar, dentro de su ya
citado artículo Palabra perdida y términos sustitutivos, donde nos
dice que:

«... esta ‘palabra sustitutiva’ es de una clase muy particular: ha
sido deformada de muchas maneras diferentes, hasta el punto de llegar
a ser irreconocible, y se le dan diversas interpretaciones... pero
ninguna puede justificarse mediante la etimología hebrea. Ahora bien,
si se restituye la forma correcta de esta palabra, se percibe que su
sentido es completamente distinto a los que le son atribuidos: esta
palabra, en realidad, es una pregunta, y la respuesta a esta pregunta
sería la verdadera ‘palabra sagrada’ o la misma ‘palabra perdida’, es
decir, el verdadero nombre del Gran Arquitecto del Universo [67]»

y añade en una nota:

«... [estas deformaciones] han tenido por efecto disimular
completamente lo que se puede considerar como el punto más esencial
del grado de Maestro, convirtiéndolo así en una especie de enigma sin
ninguna solución aparente»

Por otra parte, Guénon acaba una reseña de cierto libro sobre
Masonería diciendo lo siguiente[68]:

«... no es el nombre de un individuo cualquiera, aunque fuese el de un
‘gran hombre’, el que responderá válidamente a la pregunta planteada
por una ‘palabra’ que ha sido deformada de muy diversas maneras,
pregunta que, además, curiosamente, se lee en árabe aún más claramente
que en hebreo: ¿Mâ el-Bannâ?».

En efecto, cabe recordar que las palabras sagradas de cada grado
masónico son hebreas y, como veremos, el estudio del hebreo es
fundamental a la hora de restituir a la palabra del Maestro su forma
correcta y su verdadero significado. Guénon no aclara cuál es dicha
palabra, sin embargo, es posible consultar alguna obra masónica, cuyo
carácter no es reservado puesto que ha sido publicada y puesta al
alcance de todo el mundo, que sí la recoge explícitamente.

En efecto, el Dictionnaire des Hébraismes du Rite Ecossais Ancien et
Accepté, cuyo autor es Michel Saint-Gall [69] nos remite al término Ma-
Haboneh del que nos dice, entre otras cosas, que se compone

«de Ma, del artículo Ha y de Boneh, ‘arquitecto, constructor’. Sin
ninguna duda se trata de la forma más antigua y la única correcta del
término. Esta palabra procede del Compagnonnage y, siendo correcta en
hebreo, aparece desde 1760 en ‘Los tres golpes distintos’» [70]

Según esta fuente, pues, parece que la expresión correcta de la
palabra sagrada del grado de Maestro sería Ma-haboneh, la cual,
además, se corresponde perfectamente con la expresión árabe dada por
Guénon [71]. Así mismo, resulta que esta expresión es una frase
interrogativa que significa: “¿Quién es el arquitecto (o el
constructor)?”.

Por otra parte, encontramos en una revista francesa de filiación
masónica, denominada La Règle d’Abraham, un artículo de Charles-André
Gilis que estudia la expresión árabe Mâ el-Bannâ [72], señalada por
Guénon anteriormente. Según este autor, que es musulmán y se basa en
la tradición coránica, dicha frase puede significar dos cosas: “¿quién
es el Arquitecto (por excelencia)?” o también “¿qué es el (Gran)
Arquitecto?, ¿cuál es la naturaleza de su función?”. De hecho, los dos
aspectos de la pregunta pueden sintetizarse en una sola frase: “¿Quién
posee (verdaderamente) la cualificación de Gran Arquitecto?”; el autor
añade, además, que “la respuesta está completamente comprendida en la
pregunta” y que “el vocablo árabe al-Bannâ sirve para designar la
función de Gran Arquitecto” de manera inequívoca.

No obstante, lo que a nosotros nos interesa no es la forma árabe sino
la expresión hebrea y lo que realmente significa. A nuestro entender
existen motivos suficientes para sostener que la fórmula Ma-haboneh
tampoco es exacta. Para explicarlos, será necesario acudir de nuevo a
ciertas consideraciones técnicas de la lengua hebrea.

Para formular correctamente en hebreo la pregunta “¿Quién es el
Constructor?” habría que decir Mi-haboneh (מי הבונה) y no Ma-haboneh
(מה הבונה) Tal sustitución, aparte de que sea la más correcta
gramaticalmente hablando, se puede fundamentar con otro argumento de
carácter doctrinal. Uno de los pilares fundamentales de la literatura
tradicional hebrea es un libro escrito en España en el siglo XII
conocido como Séfer ha-Zohar, literalmente “El libro del
Esplendor”[73]. En este monumental libro se transcribe por primera vez
una importantísima parte de la tradición oral rabínica, concretamente
la que hace referencia a la interpretación esotérica de la Torah o Ley
revelada a Moisés directamente por Dios en el Sinaí. Nada más empezar,
se recoge en su prólogo toda una larguísima disquisición sobre una
cuestión doctrinal que atañe directamente al asunto que nos ocupa:
precisamente se refiere a la diferencia de niveles entre el Mi (מי,
¿quién?) y el Mah (מה, ¿qué?).

Al Principio Supremo, creador de todas las cosas, incognoscible,
inasible y supra-celeste, pero que, sin embargo, estamos abocados a
buscar, se le denomina Mi (¿quién?), mientras que a su aspecto
manifestado y cognoscible mediante indagación humana, se le denomina
Mah (¿qué?), como atestigua la siguiente cita:

«Esa extremidad del cielo se llama Mi, pero hay otra extremidad más
abajo, que es llamada Mah (¿qué?). La diferencia entre las dos es que
la primera es el asunto real de la indagación, pero después de que un
hombre, por medio de la indagación y la reflexión, ha alcanzado el
límite extremo del conocimiento, se detiene en Mah (¿qué?)»[74].

Aparentemente, según esto, la pregunta que nos ocupa no podría sino
empezar por Mah, puesto que este aspecto divino es el límite del
conocimiento humano. Ahora bien, un poco más adelante encontramos otro
fragmento [75] que hace referencia al relato bíblico de la Creación.
En él, el Elohim de Arriba, que es el que crea los Cielos y la Tierra
en el primer versículo del Génesis, es identificado con la Madre que
“presta sus vestiduras y sus joyas a la Hija”, es decir, que el Zohar
identifica la función de Arquitecto divino con el aspecto femenino del
Principio, en tanto que voluntad productora y particularizante de
éste. No obstante, es la Hija, es decir, la presencia divina en la
Creación [76], la que recibe las vestiduras y las joyas que la Madre
le presta, y cuando eso ocurre, aparece “como un hombre ante los
hombres de Israel”. En ese momento la letra Hé (ה) de la partícula
interrogativa Mah (מה) es reemplazada por una yod (י), “lo que da Mi
(מי, ¿quién?)”. Si nos basamos en este fragmento del Zohar, podemos
entender que los hombres deben preguntar Mi-haboneh (מי הבונה) para
saber quién es el Arquitecto que ha construido el Universo y ésta es,
precisamente, nuestra hipótesis.

Señalemos, para terminar, que tal y como sostenía Gilis en su artículo
citado, la respuesta se halla implícita en la pregunta. Efectivamente,
la expresión Mi-haboneh ( מי הבונה) contiene implícito el Nombre
divino tetragrammático (יהוה), de forma extremadamente significativa
( מ י ה ב ו נ ה), y no creemos que este hecho sea en absoluto casual,
mientras que la fórmula Mah-haboneh no contiene ninguna palabra hebrea
que pudiera servir como respuesta plausible a la pregunta. Por otra
parte, transponiendo las letras de la expresión Mi-haboneh se obtiene
una respuesta coherente a la pregunta “¿Quién es el Constructor?”
mediante la expresión Nob MiYHVH (נב מיהוה, que se pronuncia Nob
MiAdonai [77] puesto que los judíos leen el Tetragramma impronunciable
como Adonai, “mi Señor”) cuyo significado es “(el que) germina de
Adonai” o “(el que) brota de Adonai”[78]; además el término Nob
también significa, en sentido figurado, “pronunciar”, “hablar”, luego
se referiría a “la palabra (que sale) de (la boca de) Adonai” e
implícitamente al que la pronuncia[79].

Desde una lectura cristiana, parece claro que la respuesta a la
pregunta se refiere de forma evidente a la naturaleza del Cristo
Arquitecto que tantas miniaturas medievales representan, con un compás
en sus manos, trazando los límites del mundo[80]. En el Prólogo del
Evangelio de San Juan, se identifica a Cristo con el Logos de Dios,
esto es, con su Verbo o con su Palabra; por otro lado, el término
“arquitecto” está formado por dos vocablos griegos: Arché y Tektón que
significan, respectivamente, “Principio” y “Constructor”, de modo que
“Cristo Arquitecto” se podría traducir por “Verbo o Palabra Creadora
del Principio”[81] la cual es, precisamente, la palabra perdida que ha
sido olvidada y se debe reencontrar. Esta Palabra es proferida a
través del Hálito de Dios, el mismo que fue insuflado en las narices
de Adán cuando fue formado de una arcilla roja tomada de la Tierra
paradisíaca, tal como relata el Génesis.

Este Adán, vivificado por el aliento que porta la Palabra divina, no
conoció la muerte hasta que fue expulsado del Paraíso. Pero una vez
fuera de él murió, y sólo perdura a través de la semilla adámica que
todo hombre porta dentro de sí. Esa semilla es la que puede ser
resucitada, o redimida, recobrando la palabra perdida y el hálito de
Dios que permite pronunciarla. Esto es lo que representa la
resurrección del Maestro Hiram[82]: él será el Adán primordial
resucitado cuando el Maestro masón realice su grado de forma efectiva
y no sólo virtualmente como sucede hasta ahora[83]. El Adán primordial
es el hombre verdadero, el Señor del Paraíso, y tiene como principal
prerrogativa el poder de dar nombre a toda criatura viviente. Dar
nombre a algo significa, de hecho, darle una forma distintiva,
asignarle un límite concreto y otorgarle sus justas proporciones. Esa
es, en definitiva, la función por antonomasia del Geómetra[84].

A nuestro juicio, pues, la expresión Mi haboneh, indica claramente que
la plenitud del grado de Maestro masón es llegar a una identificación
efectiva con el Cristo Arquitecto, es decir, con la palabra que brota
de Adonai y construye el Cosmos, la cual permanece replegada en el
corazón del iniciado esperando ser rescatada de su estado de letargo.
Evidentemente, con esa fórmula no se recobraría directamente la
palabra perdida, sino que en todo caso se restauraría un símbolo
susceptible de llevar a su encuentro: la palabra sustitutiva correcta
y su verdadero significado, lo cual no nos parece en absoluto
despreciable, sobre todo si consideramos sus implicaciones desde el
punto de vista de la labor de enderezamiento tradicional preconizada
por la obra de Guénon. Subsiguientemente, convendría restaurar esa
palabra sustitutiva ritualmente, es decir, llegar a conocer cómo
imbricarla debidamente en el conjunto ritual de la Masonería, dándole
el uso invocatorio que vislumbrábamos al principio como posible, o
cualquier otro que fuese correcto e idóneo para la función que dicho
símbolo debe cumplir, con lo cual se encontraría posiblemente otra
clave que permitiese avanzar un poco más de cara a recuperar el estado
operativo que conviene a la tradición masónica por su propia
naturaleza, con el consiguiente beneficio para toda la tradición
occidental en su conjunto.
(
En busca de la Masonería perdida. Posibles vías para una restauración
operativa; por Joaquín Bosch
Artículo publicado en “Masonería. La Quinta Ciencia”, Monográfico nº 2
de la Revista Letra y Espíritu, Asociación Cultural Meru, Barcelona,
2007.)
- mostrar texto citado -
Ramon Miguel Acosta Ramos 
9/12/10
Re: [A.•.L.•.G.•.D.•.G.•.A.•.D.•.U.•.] Re: SECRETOS OPEERATIVOS
Muchas gracias por la LUZ, ya he ganado salario el día de hoy, prometo investigar sobre ELSHADAY y responder en la brevedad


, INGENERATUS <ingeneratus@gmail.com> escribió:
- mostrar texto citado -
Advocacktus 
11/12/10
Re: [A.•.L.•.G.•.D.•.G.•.A.•.D.•.U.•.] Re: SECRETOS OPEERATIVOS
Hola amigos, alguien pudiera darme el link del grupo pues quiero cambiar algunas configuraciones con respecto a las notificaciones.
 
Abrazso fraternales a todos.


De: Ramon Miguel Acosta Ramos <acostaramosr@gmail.com>
Para: secreto-masonico@googlegroups.com
Enviado: vie,10 diciembre, 2010 00:48
Asunto: Re: [A.•.L.•.G.•.D.•.G.•.A.•.D.•.U.•.] Re: SECRETOS OPEERATIVOS
- mostrar texto citado -
11/12/10
 francmason Hermano lawrence douglas diaz manuyama- le envio el Link espero le ayude http://groups.google.com/group/secreto-masonico/subscribe On 11 dic, 19:52, lawrence douglas diaz manuyama <doug_88...@yahoo.es> wrote:
yo (Kadyr cambiar
10/10/14
Image
- mostrar texto citado -
Juan.´. 
12/10/14
Ese nombre de Dios es la presencia que baja del centro del templo desde la estrella rectora. Es clara la referencia a un ritual de Mas.´. confesional.


El sábado, 11 de diciembre de 2010 23:06:21 UTC-3, francmason escribió:
Hermano lawrence douglas diaz manuyama- le envio el Link espero le
ayude

http://groups.google.com/group/secreto-masonico/subscribe

On 11 dic, 19:52, lawrence douglas diaz manuyama <doug_88...@yahoo.es>
wrote:
> Hola amigos, alguien pudiera darme el link del grupo pues quiero cambiar algunas
> configuraciones con respecto a las notificaciones.
>
> Abrazso fraternales a todos.
>
> ________________________________
> De: Ramon Miguel Acosta Ramos <acostaram...@gmail.com
> Para: secreto-...@googlegroups.com
> Enviado: vie,10 diciembre, 2010 00:48
> Asunto: Re: [A.•.L.•.G.•.D.•.G.•.A.•.D.•.U.•.] Re: SECRETOS OPEERATIVOS
>
> Muchas gracias por la LUZ, ya he ganado salario el día de hoy, prometo
> investigar sobre ELSHADAY y responder en la brevedad
>
> , INGENERATUS <ingenera...@gmail.com> escribió:
>
> Agradezco ´la cortesía de tu interés, Ramón, siempre es bueno
>
>
>
> >compartir el logos...
>
> >On 5 dic, 12:17, Ramon Miguel Acosta Ramos <acostaram...@gmail.com>
> >wrote:
>
> >> que es 5lsh1d17 ? no entiendo, si podrías darme un poco de luz
> >> Ramón.·.
>
> >> El 5 de diciembre de 2010 04:19, INGENERATUS <ingenera...@gmail.com>escribió:
>
> >> >  SECRETOS OPERATIVOS
>
> >> > Jean Tourniac, el que filmó una tenida de escocismo rectificado ( que
> >> > no he visto), había descubierto un rito invocatorio, encantatorio,
> >> > "mántrico" de la masonería operativa que consistía en, por lo menos 3
> >> > hermanos haciendo la cadena de unión e invocando a 5lsh1d17 ( jamás
> >> > leí sobre esto, pero sí escuché y de muy buena fuente) Estos rumores
> >> > venían de una europa de seguidores de Guénon ¿Alguno ha participado de
> >> > este rumor o sabe algo más?- Ocultar texto de la cita -
>
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